Un caso de éxito en el sector público
Concepto
Las experiencias de aprendizaje de alto impacto se constituyen como una metodología innovadora que busca mejorar la efectividad de la formación al enfocarse en resultados concretos y medibles. Este tipo de experiencias no deben ser un fin en sí mismas, sino un medio para alcanzar objetivos específicos, ya sean personales, profesionales o empresariales.
Permite a los participantes aplicar de manera inmediata lo aprendido en su trabajo diario, lo que a su vez contribuye a mejorar la productividad y el desempeño laboral. Esto se logra a través de un enfoque práctico y orientado a la acción. Tal y como planteamos en Dopp, sin transferencia no hay aprendizaje.
Además, debemos considerar que este tipo de experiencias formativas están altamente personalizadas, contextualizadas, diseñadas desde la introducción de las TIC más relevantes y sus correspondientes estrategias o metodologías gamificadas.
Caso de éxito
En una organización del entorno público, hemos desarrollado una intervención centrada en la resolución de conflictos. Un tema, por otra parte, “Trending Topic” a lo largo del año 2023.
El escenario planteado no daba mucho margen para la innovación: deslocalizado, presencial, grupos de más de 20 personas y un público heterogéneo no directivo. Además, partíamos de una situación valorada como “compleja” en la que, por exigencia y estructura, se estaban propiciando numerosos encontronazos entre la plantilla (incluidos mandos y colaboradores).
Con este panorama decidimos establecer tres estrategias claras:
- Gamificación de la experiencia (a través de juegos y dinámicas competitivas en aula, incorporando las Nuevas Tecnologías).
- Aprendizaje basado en retos reales personalizados (mediante conflictos reales que debían abordar).
- Socialización del aprendizaje (mediante grupos (trabajo por equipos) diversos, especialmente dirigidos a producir heterogeneidad).
Con todo esto, el Storytelling Formativo era el siguiente:
- Conceptualización del conflicto (un conflicto por cada persona de cada equipo; real y laboral) y diseño de una ficha forense del mismo.
- Una vez conceptualizado se construyó la ficha forense de los conflictos seleccionados por cada equipo (identificando, incluso, hasta la fase en la que se encontraba). Además, se tomó la decisión de si procedía una intervención de tipo preventivo (porque no se hubiese desencadenado) o bien una estrategia de gestión (si se hubiese desencadenado).
- Una vez tomada la anterior decisión se solicitó a los equipos que analizaran y escogieran la estrategia de gestión más adecuada (en función de si se había desencadenado o no)
- Finalmente, y en función de la estrategia de gestión seleccionada, se les indicó la necesidad de establecer un plan de acción para llevar a cabo dicha estrategia (desglosándolo en acciones concretas).
Resultado:
- Todos los participantes se llevaron un plan de trabajo para resolver o gestionar su conflicto en particular (dentro de su ámbito laboral).
- Cada uno de ellos pudo aterrizar todos los conceptos e ideas de una manera práctica, divertida, cooperativa y social.
- A cada paso que dábamos, utilizamos la Gamificación para fijar y afianzar el trabajo realizado.
- Las soluciones surgieron gracias, no solo al saber hacer de los formadores, sino gracias, también, a la cooperación y colaboración producida en los distintos equipos de trabajo.
Además de los resultados cualitativos de la formación (y objetivos), también nos encontramos con resultados cuantitativos en los que la valoración (en escala de 1 a 4) de la experiencia formativa (en base a más de 200 personas impactadas) de 3,82 sobre 4 puntos.
De estos datos podemos ver como la separación que existe, generalmente, entre la valoración del desempeño de la persona formadora y la satisfacción (y utilidad percibida) con el curso es insignificante (a pesar del vínculo que se establece con la persona formadora y los participantes). Esto nos indica que independientemente del formador/a y de su estilo pedagógico, no encontramos diferencias significativas en los resultados de satisfacción y rendimiento, por lo que cabe esperar que dicha realidad provenga del diseño de la experiencia formativa (y las 3 estrategias planteadas inicialmente).
Conclusión
De todo lo anterior podemos afirmar que una formación de alto impacto viene determinada, principalmente, por las estrategias pedagógicas utilizadas (los 3 ejes comentados anteriormente) y no tanto por la habilidad de la persona formadora.
Como bien hemos comentado al principio, una experiencia de este tipo no debe ser un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar objetivos específicos que mejoren el desempeño laboral (o, en su caso, personal).
El resultado realmente impactante es aquel que se transfiere al mundo real.
Qué mejor transferencia que llevarse “puesto” el traje que has confeccionado tú mismo en la experiencia de aprendizaje. Un traje a medida, personalizado, y creado por ti para dar respuesta al reto con el que llegaste a la formación.