Dicen que la vuelta de las vacaciones siempre viene acompañada de miles de frases tópicas que hacen aún más difícil retomar la actividad diaria. Quien no ha dicho después del verano: “este año se han hecho las vacaciones muy, muy cortitas”, “necesito unas vacaciones de las vacaciones”, “con mis hijos, las vacaciones no son vacaciones”, “ya estoy mirando a donde irme en cuento tenga un puente”. Podríamos seguir hasta el infinito, pero todas estas frases demuestran lo complejo, lo difícil que es volver a nuestro día a día laboral.
Por ello en estos días aparecen multitud de artículos, dando ideas o tips (como se dice ahora 😊) para que la vuelta sea mejor. Yo voy a hacer lo mismo, pero con dos diferencias. Te voy a contar lo que a mí me funciona y no se si serán 4 ó 6 ideas…, serán las que finalmente escriba en esta publicación.
Tips o consejos
- Seamos flexible con nuestra programación. Al menos en la primera semana, asumamos que tenemos que volver a coger el ritmo y que en algunas actividades vamos a requerir mas tiempo del que imaginábamos. No pasa nada, a medida que avancen los días recuperaremos nuestro ritmo.
- Tenemos que recuperar hábitos diarios. Venimos de no tener horas, de quitarnos el reloj, de mirar el sol y “determinar” que hora es. Pues bien, eso lo debemos dejar atrás, puesto que esa realidad funciona en ese momento, pero ahora es importante respetar las horas de descanso, recuperar nuestras horas de comida, etc. El esfuerzo laboral exige que aprovechemos el descanso y tenemos que ponernos a ello con celeridad.
- Disfrutar de nuestro tiempo. Acabar el verano no implica que ya sólo es trabajo y trabajo. Nunca es así y ahora tampoco lo es. En muchos artículos nos animan a hacer deportes, pero no se trata de eso, se trata de hacer lo que TÚ quieras hacer en tu tiempo libre (leer, hacer deportes, charlar con alguien, tomar algo, ver una serie, …). Lo que tú quieras, pero emplea ese tiempo, no permitas que se vaya sin usarlo.
- Ser positivo. No, no soy “Mr. Wonderful” ni quiero serlo, pero qué ganamos lamentándonos. Sí, se fueron las vacaciones, pero eso ya se sabía cuándo se empezaron. El objetivo de las mismas era cargar las pilas, disfrutar… y eso se ha logrado. Hemos conseguido nuestro objetivo con lo cual permitámonos ser positivos y asumamos que estamos mucho mejor que cuando nos fuimos. Siempre se dice que cumplir un objetivo es un chute de motivación, por ello asumamos que lo logramos y así podremos hacer nuestro trabajo de manera muy eficiente.
Conclusión
Como leí una vez, no te agobies porque tengas ojeras estos primeros días, porque no te acuerdes de las contraseñas, porque te cueste coger el ritmo. Esas son pruebas de que tuviste unas magníficas vacaciones… Y ese era el objetivo.
